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La piedra de Cronos

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LA PIEDRA DE CRONOS (saint seiya, shonen-ai)

Por: Kristal de Iris

¡Hola a todos! ^ ^, ¡Que gusto es estar aquí!. Antes que nada quiero avisarles que me considero la Prima de Camus, lejana lo admito U_U, pero al fin de cuentas mi primo ^ ^, por lo que lo admiro mucho, además me gustaría mostrar esta nueva faceta de Camus. Este es mi primer fanfic y espero que les guste y si no, pues estoy dispuesta a escuchar sus quejas. Todas las opiniones serán bien recibidas.

CAPITULO I - EL INTRUSO

Se encontraban en los campos de entrenamiento tres aprendices de caballero, que más que entrenar se la pasaban conversando de uno de sus compañeros, del último caballero que había llegado al santuario:

- ¡Es un creído!-decía el aprendiz de cabello castaño corto, mientras daba una patada en el aire- Como si juntarse con nosotros le diera alguna enfermedad

- Estoy de acuerdo- decía su compañero de tez bronceada y mayor estatura- Es el sujeto mas Arisco que haya visto en mi vida -mientras levantaba una gran roca- Definitivamente un Témpano
- Ja, ja, ja, ja, tienen razón, pero no pueden negar que esta muy bien- dijo el joven de ojos turquesas, relamiéndose los labios de manera sensual

- ¡Ay Milo! No me digas que piensas conquistar al Témpano- pregunto escéptico el de pelo castaño
-¿Y por que no Aiyoria? Después de todo es un gran reto, derretir al hielito, aunque admito que me esta costando trabajo.

- No creo que tengas oportunidad, ese sujeto no parece saber lo que significa los sentimientos, jamás le vi siquiera sonreír- dijo el más alto de los tres

-Ya lo se Aldebarán, pero algo me dice que el témpano tiene algo mas que hielo en el.

-Pues yo lo dudo mucho, además no olvides que tendrías que burlar a su maestro Kratos, y eso lo veo muy difícil.

- ! Es cierto ¡se me había olvidado por completo a ese misógino, dicen que es de temer.

- ¡¿Temer?! ¡Kratos es uno de los caballeros mas temibles del santuario, su poder solo se iguala a su frialdad!

- ! Esta bien, esta bien ¡Ya entendí, por eso tendré cuidado. Ya verán que lograre mi objetivo, y conquistare a Camus

Fue entonces que se oyó la alarma de un intruso en esa área, varios guardias corrían hacia el lugar de la alarma

-¿¿Un intruso??- dijo admirado Aldebarán - Debe ser muy bueno para haber llegado tan lejos.

- Tienes razón, nunca nadie se había adentrado tanto en el Santuario- afirmo Aiyoria

- Y entonces ¿Que esperamos?- decía Milo mientras comenzaba a caminar de manera lenta hacia el lugar donde minutos antes se encaminaron los guardias

-! ¿COMO?!-dijeron los otros dos al unísono

- ¿No pensaran que vamos a quedarnos sin hacer nada, mientras hay un intruso cerca nuestro verdad? Además será muy divertido ver como le damos su merecido por atreverse a entrar al santuario.

- Bueno, si lo dices asi, si dan ganas de ir

-Además podemos tomarlo como entrenamiento ¿No creen?

Milo les sonrió a sus amigos, en verdad que seria una buena oportunidad de cambiar su rutina de entrenamiento, además de poder quitarse por algunos momentos de la mente al Frío Camus.

Todos se encaminaron hacia el lugar donde se suponía podrían encontrar al intruso. Subiendo con gran maestría a lo alto de una de las montañas, pudieron verlo.

El intruso corría por un desfiladero a gran velocidad, mientras era seguido por una muchedumbre de guardias y caballeros que variaban entre plata y bronce y también de masculinos a femeninos.
En todo momento los distintos caballeros lanzaban sus ataques tratando de detener al intruso, pero el intruso los esquivaba con gran maestría. Nadie podía ver su rostro, ya que todo su cuerpo estaba cubierto por una gran capa, sin embargo tampoco podían notar su cosmos ¿Seria que aun no estaba utilizando todo su poder?

Sin pensarlo dos veces, Milo se lanzo al ataque, sin esperar a sus compañeros, que aun veían la persecución con genuina curiosidad. Milo se puso al frente del camino, lo cual detuvo en seco al intruso, que respiraba entrecortadamente por el cansancio. Sin siquiera mediar palabra le lanzo su ataque LA AGUJA ESCARLATA, y cual fue su sorpresa al ver como el intruso esquivo el ataque, aunque de manera esforzada. Nadie hasta ese momento había escapado de su aguja, hasta el mas hábil de sus oponentes había experimentado el cruel pinchazo.

El intruso aprovecho el asombro de Milo, para continuar con su huida, pero entonces tuvo que enfrentarse a sus compañeros que no tardaron en ponerse en frente y en uno le lanzaron sus ataques. Aldebarán lanzo el Gran Cuerno y Aiyoria su Cápsula de poder, la intensidad de los ataques hizo añicos una parte la montaña, mientras varias rocas y una gran polvareda se extendía por todo ese lugar. Los perseguidores al ver esto se detuvieron y esperaron que todo el polvo se desvaneciera con la convicción de que el intruso estaba muerto.

Cuando la mayor parte del polvo desapareció, vieron al intruso bocabajo en el piso, con ambos brazos cubriendo su cabeza. Milo se acerco para ver si estaba muerto, cuando ante el asombro de todo el intruso se levanto y haciendo brillar un poco su cosmos lanzo una técnica consistente en estacas de hielo. Por un momento todos creían que Milo recibiría el ataque, pero para su sorpresa, los trozos de hielo pasaron por su lado y se incrustaron en la montaña en forma oblicua. Todo paso tan rápido, que en cuanto se dieron cuenta el intruso estaba subiendo por la montaña con rapidez, utilizando los hielos en forma de escalera.

Entonces Milo reacciono y sintiendo una gran furia, ordeno a los guardias rodear la montaña y esperar a que llegue el intruso, luego se dirigió a los caballeros y les ordeno que siguieran al intruso a través de la montaña, encabezando la persecución. Por un momento todos los presentes dudaron obedecerlo, pues oficialmente aun no tenia una armadura, pero dadas las circunstancias y al no tener un mejor plan, siguieron sus indicaciones.

Milo entre tanto, se sentía furioso y humillado por su descuido, pero a la vez confundido, pues sabia que si el intruso hubiera querido, el ya estaría muerto, lo que acrecentaba su deseo de detenerlo y acabar con el.

Pronto lo divisaron, corría a través de la montaña, pero a menor velocidad, seguramente el cansancio lo estaba venciendo y eso seria bien aprovechado por Milo, quien ordeno a una parte de los caballeros que atacaran por el lado derecho y asi conducirlo al lado contrario, pues la parte mas elevada de la montaña se encontraba en ese lugar (una especie de callejón sin salida), haciendo imposible su escapatoria. Para regocijo de Milo, su plan dio resultado, y de pronto el intruso se vio atrapado entre una gran montaña y sus perseguidores.

Sin saber que hacer el intruso apoyo su espalda en la montaña y se preparo para recibir los múltiples ataques, que sabia bien no podría detener, porque ya no tenia fuerzas. Y mientras varios ya de los perseguidores se preparaban para lanzar sus ataques, fueron sorprendidos por un ataque muy fuerte que cruzo la montaña dividiendo la parte donde se encontraban los perseguidores y la parte donde estaba el intruso. Como el ataque fue muy fuerte y como nadie se lo esperaba, varios de los perseguidores salieron volando por la fuerza del viento que se formo y los demás que tenían mayor resistencia aguantaron cubriéndose el rostro, tal como Milo y sus amigos hicieron.

Cuando la fuerza del viento cesó, descubrieron con asombro que el lugar tocado por el ataque estaba totalmente congelado y dirigiendo la mirada hacia lo alto de la montaña descubrieron al responsable de ello:

- ¡Camus!- logro decir Milo, mientras sus ojos incrédulos lo veían bajar de la montaña con la elegancia que le era característica. Cuando Camus toco el piso, lo primero que hizo, fue ponerse justo al frente del intruso de manera protectora, y dirigiéndose con un enojo que no le era característico a todos los presentes que lo miraban boquiabiertos, les dijo de manera amenazante:

- ¡¡A quien se acerque lo congelo!!


Continuará...

Camus: Cielos, yo hice eso??? Ô.Ô
Kristal: ¡Camus!-corre a abrazarlo- ¿Desde cuando estas aquí?^_^
Camus: Desde el principio
Kristal: ¿Desde el principio? ¿Y no me saludaste? u_u
Camus: Es que quería saber en que me estabas metiendo y por lo que veo es en problemas ¬¬U
Kristal: ¡Ay, como crees! #^ ^# Porque no esperas al próximo capitulo y sales de dudas
Camus: De acuerdo- dice desganado




CAPITULO II - Explicaciones

- ¡¡A quien se acerque lo congelo!!- Dijo camus, con un tono y un enojo jamás visto, ya que el se caracterizaba por tener un rostro serio e impasible y nunca dejar ver sus emociones. Y ahí estaba mostrando su enojo y para colmo protegiendo a un intruso que se atrevió a burlar la prohibición de entrar al Santuario. ¿Como era posible?

Mientras los demás trataban de reaccionar, Camus se dio la vuelta y con paso firme se dirigió al intruso que ahora se encontraba de rodillas en el piso con la espalda apoyada en la pared de la montaña y que temblaba casi imperceptiblemente. Camus se inclino a su altura y con voz segura le dijo:

- Tranquila Kristal, ya estas a salvo, no permitiré que te hagan daño.

Aunque su voz tenía el volumen de voz que utilizaba siempre, las palabras hicieron eco a través de las paredes de la montaña, dejando que todos sin excepción escucharan con claridad lo que había dicho.

- Dijo... ¿Kristal?- pregunto dudoso Aiyoria, que aun no estaba seguro de lo que pasaba

Y como si fuera una respuesta, el intruso se quito la parte de la capa que cubría su cabeza, mostrando su rostro a todos los presentes que la miraban confundidos, ya que se trataba de una chica. Si, una chica, porque aunque su forma de vestir y su habilidad ya comprobada hace muy poco fueran la de un varón, sus rasgos eran femeninos y su reacción siguiente también lo fue.
Ella al ver a Camus se abalanzo hacia el de manera desesperada y comenzó a llorar apoyada en su pecho, a lo que Camus solo la rodeo con sus brazos, mientras trataba de entender las palabras que le decía entre sollozos

- Camus...lo siento....yo no quería... causar problemas.....pero.... pero...

- Calmate - le decía camus de manera tranquilizadora- todo esta bien

Si antes no entendían nada, ahora menos. En primer lugar Camus, conocido como el Témpano de Hielo, señor de "yo jamás muestro lo que siento", estaba protegiendo a un intruso que resulto para humillación de varios, ser mujer, y ahora ambos se estaban abrazando, ¡¡Abrazando!!
Una punzada de celos recorrió el cuerpo de Milo.

Mientras tanto Kristal ya se había calmado y antes de que pudiera decir algo, Camus la levanto en brazos y dándose la vuelta se dirigió en voz alta a los demás

- ¡Arreglaremos este asunto ante el Patriarca!- sentencio y comenzó a caminar en medio de sus aun atónitos compañeros, que solo atinaron a darle espacio para que pudiese pasar con Kristal en brazos.

Luego comenzaron a seguirlo a una prudente distancia, porque nunca desde que conocieran a Camus, lo habían visto tan enojado y aunque ninguno lo decía, jamás habían sentido tanto temor como el que acababan de sentir y a nadie se le antojaba siquiera provocarlo y convertirse en un bloque de hielo.

Además todos sin excepción querían una explicación de quien era esa chica y porque Camus la protegía, aunque el que más ansioso era sin duda Milo, que en ese momento batallaba con sus recientemente nacidos Celos. Pero es que Camus había recibido toda la atención que el escorpión podía ofrecer, desde pequeños halagos hasta frases apasionadas, que harían a cualquiera sucumbir ante el deseo. Pero no Camus, que a parte de no tener ninguna reacción con sus atenciones, ni siquiera se dignaba dirigirle una mirada, y mucho menos una palabra además del saludo. Y ahora llevaba en brazos a una completa desconocida y la familiaridad y el proteccionismo de sus actos hacían que todo el cuerpo de Milo ardiera de furia.

Pronto estuvieron cerca del centro mismo del Santuario, y a pesar de todas las miradas que se posaban en él, tanto de los guardias que estaban anteriormente en persecución como de los que le veían pasar, tanto de curiosidad como de escepticismo, Camus tan solo apretó mas protectoramente a la persona de cargaba, sintiendo al mismo tiempo como ella se aferraba mas a el y sin dudarlo, tomo directamente el camino hacia las doce casas.

Fue a mitad del camino que se encontró con su propio maestro Kratos que al verlo, apresuro mas su paso para acelerar su encuentro. El rostro de su maestro siempre frío e impasible, mostraba cierto rastro de molestia, que se acrecentó al ver de cerca a quien traía en brazos.

-¡Kristal! ¿Que estas haciendo aquí? ¿Que fue lo que sucedió?- le pregunto con la voz mas gruesa que de costumbre, que demostraba mas enojo que preocupación. Era obvio que el maestro de Camus, sabia que ella era el susodicho intruso y con todo el lío que había causado no era algo para pasarlo por alto.

Camus solo podía guardar un respetuoso silencio y bajarla de sus brazos de manera delicada y cuando Kristal se hallo de pie frente a ese duro hombre que conocía también, hizo lo único que podía hacer: Encararlo.

- Disculpe que me presente asi ante usted señor Kratos, pero solo hice lo que me dijo la ultima vez que nos vimos- su voz se escuchaba calmada y firme, totalmente distinta a la anterior, incluso su mismo porte era diferente, dándole una sensación de seguridad que antes no tenia.

- ¡Pero eso no significaba que tuvieras que armar todo un alboroto a tu llegada!- le increpo el frío caballero

- Lo se señor- contesto Kristal en un tono humilde, volviendo de repente al tono firme que estaba utilizando- Pero le aseguro que tuve motivos valederos para ello.

Antes de que el caballero de Acuario pudiese replicar, se escucharon varias exclamaciones que confirmaban la presencia del Patriarca Shion en ese mismo lugar, que al verle todos los presentes se inclinaron ante el, incluyendo a Camus y su maestro, siendo imitados por Kristal. El patriarca se acerco directamente a donde se encontraban estos últimos y haciendo un leve ademán los invito a ponerse de pie.
Camus aunque no lo demostraba, se sentía muy nervioso por el bienestar de Kristal, pero nada podía hacer, tan solo rogar a Atena en silencio.
- Y bien Kratos, ¿no me vas a presentar a esta joven aquí presente?-pregunto con voz suave el Patriarca
_ Por favor discúlpeme señor-dijo Kratos respetuosamente- permítame presentarle a la prima de mi aprendiz, su nombre es Kristal.
Kristal a manera de saludo, se inclino levemente con gracia exquisita.
El Patriarca sonrió detrás de su máscara, definitivamente era prima de Camus.
- Y dime jovencita, a que se debe tu presencia en el Santuario?
- He venido a visitar a mi primo y al señor Kratos- respondió con tono seguro
- Y, para ello tenias que entrar como un intruso? ¿No sabias que se permiten visitas a nuestros caballeros?
- si lo se señor, pero tuve mis motivos, por favor permítame explicarle. Cuando llegue a los límites del Santuario, me encontraba muy emocionada, porque al fin vería a mi primo después de mucho tiempo, y fue cuando me encontré con unos guardias.

*********Recapitulación 1*******

Unos cinco aprendices de caballero, incluyendo dos femeninos, se encontraban haciendo guardia. Charlaban animadamente, mientras esperaban su turno de reemplazo, se notaba que seria otro día aburrido, sin nada emocionante, hasta que la voz de uno de sus compañeros se hizo presente, atrayendo la atención de todos, que se apresuraron a acercarse y ver de qué se trataba.
- ¡Oye tu! ¡Alto ahí!- grito a la figura encapuchada que se acercaba a paso lento
- ¡Estas en los limites de un lugar prohibido, asi que regresa por donde viniste si no quieres morir!- advirtió otro de los guardias
- ¿Entonces ya llegue al Santuario?-pregunto el encapuchado con voz femenina.
Esto desconcertó a todos los presentes, el encapuchado era una chica?? Hasta que otro decidió hablar
-¿Quien eres y que es lo que buscas?
- ¡Oh! Mil disculpas-dijo con voz apenada- estoy buscando al caballero de oro Kratos de Acuario.
-¡¡A Kratos de Acuario!!!-dijo un guardia femenino- ¿Y porque lo buscas?
- Porque me dijo que podía venir a visitarlo cuando yo quisiera- le respondió la encapuchada
-Lo dices en serio??- pregunto uno incrédulo
- Si ¿Por que?
-Ja, ja, ja, ja- se comenzaron a reír a carcajada limpia todos ellos.
- Será mejor que te vayas si no quieres morir-le dijo uno que a duras penas podía contener la risa
-Pero de que se ríen?? No entiendo
- Pues que te descubrimos y ni pienses que te dejaremos pasar-le dijo otro
- ¡¿Pero, por que?!
-Si no me equivoco eres mujer cierto?-respondió la otra femenina
-si, porque??
- Porque ese misógino, no le diría eso a ninguna mujer, es obvio que estas mintiendo para poder entrar al Santuario.
- ¡Yo no miento! ¡Y el señor Kratos no es un misógino!- grito molesta
- ¡Ya es suficiente!-dijo otro exasperado y le tomo bruscamente del brazo, para echarla de ahí.
Lo que no se esperaba es que la encapuchada le diera un golpe certero en plena quijada, que le hizo perder el equilibrio.
Viendo eso sus compañeros, no tardaron en rodearla, pero ella dio un brinco en el aire y de manera rápida le propino una patada a uno de ellos, luego se dirigió al siguiente que no tardo en atacarla, pero lo esquivo dándole al mismo tiempo un fuerte golpe en el estomago. Ahora solo quedaban tres para hacerle frente, entre ellos a los femeninos, una de ellas hizo una señal a sus compañeros, para atacarla al mismo tiempo. Los tres pares de ojos miraban incrédulos como sus ataques no eran esquivados, sino devueltos hacia sus correspondientes dueños, recibiendo ellos todo su daño.
Entonces el que había sido golpeado primero, se incorporo y gritando a voz en cuello, llamo a todos los guardias, diciendo que había un intruso.
En tan solo un momento la encapuchada se vio, rodeada de un gran numero de personas, que la atacaban sin parar, fue entonces que comenzó a correr en dirección del Santuario. Pero mientras mas se adentraba en el territorio, mas adversarios se presentaban y de mayor poder, incluso traían puestas sus armaduras. Si quería salir del lió, debía encontrar a Kratos y a Camus lo mas antes posible.

*********Fin de la Recapitulación 1*******

- ¡YO NO SOY MISOGENO!-grito Kratos, en cuanto Kristal termino de narrar lo sucedido- ¡Solo porque me opongo a que existan caballeros femeninos, no significa que odie a las mujeres!
- Por supuesto que no señor Kratos-afirmo Kristal-Si lo fuera, nunca podría servir a una diosa y usted sirve a Atena.
Definitivamente la sencilla lógica de estas palabras agradó al Patriarca, más aun al maestro de Camus y a este último le brindaron un gran alivio.
- Bueno, entonces todo esta aclarado. Solo fue un malentendido.- dijo el Patriarca
- Entonces, ¿Kristal puede quedarse en el Santuario?- pregunto Camus, que hasta entonces había guardado silencio
- Si, no veo inconveniente-respondió el Patriarca y Camus casi, casi sonríe.
- En ese caso, será mejor que te lleve a la sección de las mujeres-dijo Kratos
- ¿A la sección de mujeres? ¡Yo no quiero ir ahí!- respondió Kristal molesta
- ¿Como que no quieres ir? ¡Si quieres quedarte en el Santuario, deberás hacerlo ahí!
-Pero señor Kratos, ahí viven personas que lo consideran a usted un misógino y yo no puedo tolerar tal cosa!!

Kratros se quedo callado por unos instantes, la convicción de estas palabras le había impresionado, definitivamente si algún día tendría una hija, seria como Kristal. Lo pensó por unos segundos y se dirigió al Patriarca
-Señor, seria posible que Kristal se quedara en el Templo de Acuario, bajo mi protección?
El Patriarca Shion, se quedo asombrado, esta muchacha se había ganado el aprecio de el caballero mas temible, arisco y porque no decirlo misógino del santuario. Tal vez seria bueno ponerle un poco mas de atención.
-De acuerdo Kratos, Kristal se quedara en el templo de Acuario-dicho esto se acerco a Kristal y puso una de sus manos en su mejilla, hecho que dejo a todos boquiabiertos, incluyendo a Camus y a Kratos- Se bienvenida Kristal y tienes mi permiso para quedarte todo el tiempo que desees.
Kristal le miro sorprendida, pero comprendiendo sus palabras le dio las gracias con una bella sonrisa. Luego de esto, el Patriarca se alejo a paso firme, siendo seguido por varios caballeros, mientras los demás se inclinaban respetuosamente a su paso.
-¡Camus, Kristal!-dijo Kratos- Vamos al templo de Acuario.
- Si maestro -Camus miro a su prima- Vamos, tenemos mucho de que hablar.-dijo mientras tomaba su mano, Kristal solo asintió y siguieron a su maestro.
Todas las personas que hasta entonces habían estado como observadores silenciosos, se fueron dispersando en diferentes direcciones, mientras cada quien comentaba sobre todo lo ocurrido. Hasta que en el lugar tan solo quedaron tres personas.
- Vaya, vaya ¿Quien diría que Camus tendría una prima?-comento Aldebarán de manera jocosa.
- ¡Y que prima! Hasta el Patriarca quedo impresionado con ella. ¿Verdad Milo? ¿Milo?-pregunto Aiyoria
Milo solo miraba en la dirección a las doce casas, por donde se habían ido. Había estado atento a toda la explicación, pero en ningún momento dejo de observar a Camus. Aunque sus reacciones habían sido casi imperceptibles, no pasaron desapercibidas para los ojos de Milo.
Camus había demostrado mas emociones en este día, que en todo el tiempo que llevaba en el Santuario, y todo por ella. ¡Por ella! Lo máximo que había logrado Milo de Camus es que le dirigiera una mirada fría, pero a ella, la habia abrazado, cargado y por ultimo le tomo la mano, solo faltaba que la besara. Milo sintió como su sangre hervía y como los celos lo torturaban. Porque Camus no podía comportarse asi con el? ¡¿Por qué?!. Milo se dio cuenta que había aparecido un fuerte rival por el amor de Camus y el no estaba dispuesto a perder la batalla





CAPITULO III- APOYO Y CONFIANZA

Ya había amanecido cuando en la puerta de la habitación se abrió dando paso a una figura varonil, que ya había dado algunos golpes para que le abrieran y, que al no ser respondidos, dieron motivo para que entrara.
Camus se acerco a la cama donde Kristal dormía apaciblemente y se detuvo a observar la paz que reflejaba ese rostro tan femenino y con mucho cuidado para no despertarla, se sentó a su lado en la cama. Con una de sus manos se puso a quitar con delicadeza unos mechones que le cubrían parte de su frente
- No haz cambiado nada-decía con ternura- sigues siendo la misma niña que me daba consuelo. ¿Que habría hecho yo sin tu apoyo incondicional?-
Y sin poderlo evitar el aprendiz de la onceava casa se dejo llevar por los recuerdos

*********Recapitulación 2*********

Su maestro y el caminaban en medio de esos parajes desolados de Siberia, era en verdad un lugar único, con sus pisos cubiertos de hielo, glaciares inmensos que se alzaban tan grandes como montañas y los copos de nieve que caían como pequeños estrellas cada vez con mayor intensidad, haciendo que el frío aumente con mayor intensidad. Camus en el poco tiempo que había entrenado en ese lugar había aprendido a comprender los diferentes cambios de tiempo, desde una ventisca hasta una tormenta. Y tal como veía las cosas se avecinaba una tormenta muy fuerte.
Camus estaba vestido con una camiseta sin mangas, un pantalón ceñido y unas polainas que le protegían la parte inferior de sus piernas. Su ropa de entrenamiento, le había costado acostumbrarse a ella y al frío, ese frío que te calaba hasta los huesos, pero este día el frío era peor que las anteriores, aumentaba a cada paso, y comenzó a desear tener un por lo menos una manta para protegerse
Mientras caminaba, observo a su maestro que llevaba a diferencia suya un abrigo grueso, idéntico a los que usaban los habitantes del lugar.
Suspiro, nada podía hacer, quejarse estaba descartado, la sola insinuación le valdría un fuerte castigo, asi que se resigno. Tendría que esperar hasta llegar a la pequeña cabaña que les servia de hogar. De pronto se dio cuenta que no iban en dirección a la cabaña, sino en dirección contraria, entonces ¿a donde se dirigían? Estaba tentado a preguntar, pero se detuvo, lo mejor seria no cuestionar, en las pocas semanas que llevaba conociendo a su maestro, había aprendido a jamás darle la contra, a hacerle caso hasta el mas mínimo detalle, a comportarse como el quería, a jamás cuestionar sus ordenes, en fin tantas cosas, porque de lo contrario solo recibiría un fuerte castigo. Ya se había acostumbrado, al principio, le resultaba doloroso el solo moverse, y no comprendía con exactitud que es lo que hacia mal, para que su maestro fuera tan severo con el. Camus daba lo mejor de si pero su maestro no parecía darse cuenta, y mientras no cumpliera con todas sus exigencias, el castigo siempre estaba presente.
Estaba sumido en estos pensamientos cuando su maestro se detuvo, entonces se dio cuenta que la tormenta estaba empeorando, con esfuerzo se puso a observar el lugar, estaban en un lugar desconocido para el, nada se podía observar, excepto los imponentes glaciares a lo lejos y todo campo abierto, tan solo un pequeño témpano se podía apreciar cerca del lugar donde se encontraban.
Miro con duda y extrañeza a su maestro, porque le había traído ahí???
Su maestro se acerco a el, se inclino al suelo y sin darle tiempo para reaccionar, le congelo las piernas, formando un bloque de hielo, haciéndole incapaz de moverse. Camus, grito de dolor, el frío le llegaba quemaba hasta los huesos.
-¡Camus! si quieres ser un caballero de los hielos, debes pasar por una prueba muy dura-dijo su maestro con voz helada- deberás pasar una noche completa en la intemperie, en medio de esta tormenta, si sobrevives, te daré el verdadero entrenamiento de caballero, hasta ahora solo he dejado que tu cuerpo se acostumbre al frío, pero ahora es diferente.-lo miro a los ojos, Camus estaba con los ojos como platos y sus ojos reflejaban miedo- si realmente quieres convertirte en caballero de Atena, entonces tu ¡deber es sobrevivir!.
Y asi sin mas se alejo del lugar dejando a un pasmado Camus que todavía no reaccionaba ante la crudeza de esas palabras.
Mientras tanto una pequeña figura envuelta en una capa avanzaba en medio de la tormenta, apenas y podía continuar, sus pies parecían no responderle, el frío le torturaba enormemente, pero debía continuar ¡Tenia que hacerlo! un solo pensamiento surcaba su mente: Encontrar a Camus.
Siguió avanzando a duras penas, su fragmento le indicaba por donde debía ir, pero en medio de tanta nieve parecía no avanzar a ningún lado. La esperanza le estaba abandonando, sintió que no lograría su objetivo y poco a poco se dejo llevar por el cansancio. Fue entonces que a lo lejos pudo notar una mancha oscura, que contrastaba con el color blanco a su alrededor. Con ánimos renovados acelero el paso y mientras mas se acercaba, la mancha oscura iba tomando forma hasta que pudo reconocer la larga cabellera oscura que se agitaba con la fuerza del viento. Entonces nada mas importo y sacando fuerza de quien sabe donde, corrió lo mas que pudo hacia el, gritando su nombre.

-Voy a morir-se dijo Camus con desolación, mientras intentaba no dejar salir las lágrimas, y fue cuando escucho que lo llamaban. Se dijo a si mismo que se lo estaba imaginando, pero volvió a escuchar que lo llamaban y entonces miro en dirección de donde provenía la voz. Si antes se lo estaba imaginando, entonces ahora sentía que alucinaba: su prima estaba ahí y se acercaba, no podía creerlo.
- ¡¡¡¿Que haces aquí?!!!-pregunto Camus sumamente sorprendido
-¿Como que hago aquí? ¡Te estaba buscando!- le dijo algo molesta, pero enseguida se lanzo a abrazarlo. Fue entonces que se dio cuenta que algo no estaba bien. Sintió un frió intenso en las piernas e inmediatamente fijo su vista en el hielo alrededor de Camus, al instante sintió pánico
-¡¿Camus que sucede?! ¡¿Por que estas congelado?!- grito desesperada-¡¿Quien te hizo esto?!-comenzó a llorar- ¡¿Quien fue?!-mientras su cuerpo temblaba. Camus solo atino a abrazarla con fuerza, intentando calmarla y tratando al mismo tiempo de infundirse valor, por eso se aferro a ella como si fuese su única salvación. Mientras lloraba, se maldecía internamente, por no haberse dado cuenta antes, pero la tormenta estaba muy fuerte. ¡No, eso no era excusa! Cuando le vio, por que no se pregunto el porque estaba parado en medio de la tormenta y porque no se dio cuenta como estaba vestido.
-¿Quien te hizo esto?- pregunto entre sollozos, mirándolo de frente, buscando sus ojos que no podían ocultarle nada-¡Dímelo por favor! Camus bajo la vista, no podía enfrentar su mirada y voz apagada le contesto:
- Fue mi maestro, dijo que si quiero ser un caballero debo sobrevivir esta noche.
-¡No tiene derecho!- grito- ¡Si para ser caballero debes arriesgar tu vida de esta manera, no vale la pena!
Entonces soltándose de su abrazo, tomo la daga que llevaba y se puso a golpear el hielo.
- ¿¿Que haces??-pregunto sorprendido
-Te sacare de aquí-decía mientras golpeaba desesperada el hielo, pero por más que golpeaba este no cedía y tan solo se lastimaba las manos.
Camus le sujeto por los hombros y la detuvo, la miro fijamente y le hizo entender que era inútil.
Nuevamente se abrazo a el y apoyando su cabeza en el pecho de Camus, lloro amargamente por su impotencia a ayudarle.
Camus la abrazo con cariño, poniendo su rostro en los cabellos de su pequeña prima, sentía la calidez de sus lagrimas resbalando por su torso, el lo sabia, nada podía hacer para librase de esta prueba, pero y ella?? Tenia que ponerla a salvo, pero donde?? Estaban en medio de la nada y mantenerla a su lado, significaría su muerte. Con ternura le levanto el rostro y la miro fijamente
- Escúchame bien, debes irte de aquí y buscar un refugio- le dijo con voz suave
- ¡¡No voy a dejarte solo!!- le contesto
- ¡¡Tienes que irte, de lo contrario no podré concentrarme!! ¡¡Si te quedas a mi lado no voy a poder sobrevivir!! ¡¡Entiendelo por favor!!- aunque su voz estaba elevada, su tono era de suplica.
Ella le miro sorprendida, pero lo había entendido, ella solo seria un estorbo si se quedaba, con gran tristeza obedeció lo que su primo le pedía, pero antes de irse lo abrazo nuevamente y le hizo prometer que sobreviviría. Camus asintió con una sonrisa, con la condición de que ella se refugiaría de la tormenta y ella acepto. Mientras se alejaba, rogaba al cielo que protegiera a su primo y trataba de aferrarse más a la idea de que Camus era una persona de palabra y cumpliría su promesa.
Camus la siguió con la vista hasta que la tormenta no le permitió ver mas, se sintió aliviado de que le hiciese caso, el nunca se perdonaría si algo le sucediese por su culpa, pero al mismo tiempo se daba cuenta que había hecho una promesa y la cumpliría, se lo debía a ella, a pesar del frió, todavía podía sentir la calidez de sus lagrimas.

Ya habían pasado algunas horas desde que despachara a su querida prima, y el todavía estaba conciente, sin embargo la tormenta parecía haber aumentado y casi no le quedaba fuerza para mas, sentía que la vida le abandonaba poco a poco. Lo que mas le dolía era que nunca más la volvería a ver, que no cumpliría su promesa. De repente unas dulces notas llegaron a sus oídos, a pesar de la tormenta sonaban tan claras, asi que puso toda su atención en ellas y se dio cuenta que era una canción conocida y la persona que la cantaba era su prima, que se había refugiado en el témpano que se encontraba cerca del lugar. Ella lo estaba apoyando con su canto, ella confiaba en el. Camus sintió ganas de llorar, pero no de desesperación ni tristeza, sino de alegría, porque una persona muy querida lo estaba esperando y el no podía defraudarla, asi que junto todas sus fuerzas y se dispuso a pasar la noche. Su prima no dejo de acompañarlo con su canto hasta el amanecer.

*********Fin de la Recapitulación 2*********

-¿Camus?-pregunto Kristal, frotándose los ojos con expresión somnolienta.
Este se sobresalto al darse cuenta que se había despertado, pero rápidamente tomo su postura habitual y le hablo con la voz afectuosa, que nadie mas conocía
-Como ya despertaste será mejor que te levantes, hoy será un día de duro entrenamiento.
- Me lo imaginaba- decía con una pequeña sonrisa- ¿Dime en que estabas pensando? Se notaba que estabas muy concentrado.-pregunto con dulzura .
- Nada en especial- le dijo mientras se levantaba de la cama y se dirigía a la puerta- Vamos será mejor que te cambies, a mi maestro no le gustan los impuntuales
- También me imaginaba eso-contesto con una risita mientras lo veía salir de la habitación.

Continuará...



Camus:Por lo que veo tu y yo nos llevamos bien ¿Verdad?
Kristal:Si asi es^__^
Camus:En ese caso volvere a visitarte cuando continues con el fic.
Kristal: En ese caso, te estare esperando, primito. ^^
Camus: Hasta el proximo capitulo
Este es el primer fic de Kristal, es mas o menos de entre el 2004 - 2005
Es obviamente Shonen Ai (o sea yaoi) de saint Seiya y aun no esta terminado
© 2007 - 2024 Kristal-de-Iris
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